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viernes, 16 de octubre de 2015

Amor

Desde que tengo uso de razón, me he preguntado muchas cosas. Unas muy complejas, otras muy absurdas. Otras me han tenido varios días en vela y en otras he desistido. Algunas por su falta de lógica. Otras por mi cordura o por la manera que tengo de estar loco. Pero algunas se me  quedan grabadas en el alma sabiendo que jamás llegaré a encontrar respuesta alguna.

¿Qué es el amor?, ¿por qué las mujeres abren la boca cuando se pasan alguna crema por la cara?, o ¿por qué siempre que llamamos a un número equivocado nunca están ocupados?. Y así muchas más, pero intentaré plasmar ahora un extenso texto  sobre la primera cuestión. Qué es el amor… .

Yo como definición en sí no me atrevo a responder ni me atreveré. Es algo que se me escapa de las manos. Un concepto que cada uno define como quiere pero que todos en el fondo saben lo que es.

Pero según la RAE encontramos, entre otros, los siguientes significados:

1)   Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
2)   Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
3)   Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
4)   Tendencia a la unión sexual.
5)   Blandura, suavidad.


Cuando digo no me atreveré me refiero a eso, a utilizar palabras todas del mismo campo que enlazan algo espectacular, mágico. Sería bastante básico, sencillo y pobre.

Desde que nací me siento amado. Pero hace poco tiempo abrí mi corazón de otra manera y ella lo tomó con sus pequeñas manos. Desde entonces me van viniendo a la cabeza un sinfín de detalles o recuerdos y que todos metidos en un gran saco y mezclado todo como el cola cao con la leche me lleva a definir ese “estado mágico” o amor, según la RAE, de la siguiente manera:

Amor es o son:

1)   Las largas noches acurrucado a su lado, con su pelo metiéndose en mis narices, los brazos dormidos porque su rostro reposa sobre ellos o pinchazos en las piernas pero incapaz de moverme por no molestarla. Por dejarla soñar y vivir, entre mí y conmigo.
2)   Hablarme y no enterarme de lo que me está contando, solamente la contemplo, la desnudo con la mirada hasta tal punto de encontrar su dulzura en el brillo de sus ojos.
3)   Verla siempre hermosa. Lleve lo que lleve. Se peine como se peine.
4)   Que el primer deseo del día sea abrazarla y a continuación que mi pensamiento sobre ella no se esfume, que permanezca conmigo como el intenso olor de una buena fragancia, creando una atmósfera a mi alrededor que es la causante de la amplia sonrisa de mi rostro.
5)   Poner voz de tonto para darle los buenos días, para despedirla, para jugar con ella o para que me invite a un café.
6)   Que se pierda mi mano acariciando su piel. Su pelo.
7)   Que mi mente sea capaz de moldear su figura en un torno de arcilla. Que sea capaz de dibujarle el número exacto de lunares o de definir el brillo de sus ojos.
8)   Las cosquillas en momentos oportunos y no tan oportunos.
9)   Mirarnos y sonreír durante un tiempo, a nuestro parecer, infinito. Sin parpadear, sin hablar, pensando en devorarnos, entendiéndonos con la mirada.
10) Cocinar para ella y a la vez hacerla reír.
11) Que cualquier tono de voz que salga de su garganta me ponga los pelos de punta y haga recorrer por todo mi cuerpo un intenso escalofrío. 

Amar es cuidarla, mimarla y darle la mano para superar cualquier escalón. Es ofrecerle mi abrigo para verla sonreír. Es pasar todas las horas con ella y querer más y más. 

Amar tiene un nombre. 

Amar eres tú.


 

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