Yo...
no creo que sea tan difícil. Creo que
vale la pena.
Pero ahí se quedan estas líneas. Perdidas
en alguna clase de submundo, ni paralelo
ni perpendicular a cualquiera
conocido. Colgadas de un filo hilo que tiende a moldear las tristes nubes que
se atreven a asomarse por ahí. Ni el sol hace sombra. No se atreve a
aparecer.
Pues ya caerá este negro telón y quedará
esta historia alegremente apagada. No
quedan actos que presentar, y el público abandona la sala.
Un cálido foco queda encendido para
recordar que mañana vendrán otros. Al apagarlo todo, aún queda la fina y tenue
luz de la salida de emergencia. Para recordar, que los días, por el momento...
no
se acaban.
@desoalvi